Translation of "árbitro" in Spanish

0.007 sec.

Examples of using "árbitro" in a sentence and their spanish translations:

O jogador agrediu o árbitro.

El jugador agredió al árbitro.

O árbitro é arbitrário por definição.

El árbitro es arbitrario por definición.

O árbitro tomou a decisão correta.

El árbitro tomó la decisión correcta.

O árbitro mostrou-lhe o cartão amarelo.

El árbitro le mostró la tarjeta amarilla.

O árbitro anulou um gol por impedimento.

El árbitro anuló un gol por fuera de juego.

Até agora, o árbitro não marcou nenhuma falta.

Hasta ahora, el árbitro no marcó ninguna falta.

O árbitro apitou o fim do primeiro tempo.

El árbitro pitó el fin del primer tiempo.

O árbitro deve ser igual com ambos os times.

El árbitro debe ser parejo con ambos equipos.

O árbitro marcou a falta, mas não aplicou cartão.

El arbitro señaló la falta pero no puso tarjeta.

O árbitro foi parcial em favor do time de seu país.

El árbitro fue parcial en favor del equipo de su país.

Após o árbitro marcar a falta, a torcida começou a vaiar.

Después que el árbitro marcara la falta, la hinchada empezó a abuchear.

Todos esperavam um cartão vermelho, mas o árbitro mostrou apenas o amarelo.

Todos esperaban una tarjeta roja, pero el árbitro solo sacó la amarilla.

Apito na boca, o árbitro sopra os ventos da fatalidade, confirmando ou anulando os gols.

Silbato en la boca, el árbitro hace sonar los vientos del destino, confirmando o negando los goles.

Ninguém corre mais que o árbitro. Só ele é obrigado a correr o tempo todo.

Nadie corre tanto como el árbitro. Solo él se ve obligado a correr todo el tiempo.

Só o árbitro entra no campo de jogo; e com toda a razão se persigna quando entra, nem bem aparece diante da multidão rumorosa.

Solo el árbitro entra en el terreno de juego; y tiene razón para persignarse tan pronto aparece delante de la ruidosa multitud.

Cartão em punho, o árbitro ergue as cores da punição: o amarelo, que castiga o pecador, obrigando-o ao arrependimento; e o vermelho, que o arremessa ao exílio.

Tarjeta en la mano, el árbitro levanta los colores de punición: el amarillo, que castiga el pecador y lo obliga al arrepentimiento; y el rojo, que lo arroja al exilio.