Examples of using "Lauf" in a sentence and their spanish translations:
- ¡Corre!
- ¡Corran!
- ¡Corra!
- ¡Corred!
- No corras.
- ¡No corran!
- ¡No corráis!
Corre más rápido.
¡Fuego! ¡Corre!
No corras aquí.
¡Sálvate!
La corriente está cambiando.
Camina delante de mí.
- No me sigas más.
- Deja de seguirme.
- No me sigas.
- No me sigáis.
- No nos sigas.
No corre tanta prisa.
Por favor, no andes demasiado rápido.
Libera tu imaginación.
Déjala tal y como está.
- Caminá lo más rápido posible.
- Corre tanto como puedas.
- Corre, o vas a llegar tarde.
- Corre, que, si no, llegas tarde.
- Corred, que, si no, llegáis tarde.
- Corra, que, si no, llega tarde.
- Corran, que, si no, llegan tarde.
La enfermedad sigue su curso.
- ¡Fuego! ¡Corred!
- ¡Fuego! ¡Corran!
Seguimos el curso del río.
Él ganó la carrera con facilidad.
No corras aquí.
Camina delante de mí.
- No camines tan rápido.
- No vayas tan rápido.
No corras tan rápido.
Camina sobre el pavimento.
¡Fuego! ¡Corred!
o si es por el largo corre, deja un comentario,
No huyas de las consecuencias, no les temas; enfréntalas.
No corras tan rápido.
No corras tan rápido.
- ¡No corras tanto!
- ¡No vayas tan rápido!
- ¡Sálvese quien pueda!
- ¡Corran por su vida!
Uno siempre debe dar la impresión de que puede cambiar el rumbo de las cosas.
Sería divertido ver cómo las cosas cambian a través de los años.
Queremos capturar todas las singularidades de cada lengua. E igualmente, queremos capturar su evolución a través del tiempo.
Caminá lo más rápido posible.
Los acontecimientos se desenvolvieron tal como ella predijo.
Por favor, entienda usted que mi tarea como astrólogo se limita a predecir su destino. Puedo cambiarlo tan poco como el recorrido de los astros.
No camines tan rápido.
Cerca de las once horas era evidente que mejor debería dejar la mesa de la ruleta, pero mi prudencia ya me había abandonado hace dos botellas de champaña atrás y así la catástrofe tomó su rumbo.
Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos.
Con el don de la clarividencia en su posesión, Casandra predijo la caída de Troya y, ella misma siendo hija del rey de Troya, trató de advertir a los troyanos, pero nadie le creyó. Esta fue la maldición de Apolo. Y así fue que a Casandra no le quedó otra que presenciar impotentemente cómo el destino seguía su curso.