Examples of using "Lippen" in a sentence and their spanish translations:
Leo labios.
- Tus labios están rojos.
- Tus labios son rojos.
Sus labios se encontraron.
Mis labios están sellados.
Sus labios se encontraron.
Tenes los labios azules.
Tiene los labios azules.
Ella tiene labios grandes.
- Tienes unos labios hermosos.
- Usted tiene unos labios hermosos.
Tengo los labios partidos.
- Tus labios están rojos.
- Tus labios son rojos.
¿Tienes los labios secos?
Tus labios son como rosas.
Un suspiro salió de sus labios.
En invierno se agrietaron nuestros labios.
Todos los inviernos se me parten los labios.
Apretó sus labios en los míos.
Me mordí el labio.
No te preocupes, mis labios están sellados.
Todavía tiene leche en los labios.
Todavía tiene leche en los labios.
Él me besó con ternura en los labios.
A Tom le gusta siempre bromear.
Tus labios son tan suaves como la superficie de un cactus.
Ella tiene siempre una sonrisa alegre.
Ella se mordió los labios y no dijo nada.
Tus labios me fascinan tanto que sencillamente debo besarte.
"¿Usted entiende lo que él está diciendo?" "Leo sus labios."
- Se acercó a él con una sonrisa en su cara.
- Ella se le acercó sonriendo.
¿Es cierto? ¿Paul le ha besado en los labios a Lily?
Tus labios son tan suaves como la superficie de un cactus.
así que para comprobar la madurez, le da a cada higo un suave apretón con los labios.
Tienes los labios azules, deberías salir del agua.
Esperaba ansiosamente a la ambulancia mientras sus labios se ponían azules.
Él se llevó el vaso a los labios y lo vació de un trago.
Me encanta cuando me da un beso en la almejilla. No, en la mejilla.
Su mirada se mantuvo fija mientras separaba lentamente sus pálidos labios para responder.
Mientras escuchaba que el reproche estaba dirigido a ella, el joven compañero apretaba los labios fuertemente.
Se acercó a él con una sonrisa en su cara.
Miren atentamente, así pueden ver cómo muevo los labios al pronunciar la palabra.
¡Qué bueno sería si tuviera un hijo con los dientes tan blancos como la nieve, los labios tan rojos como la sangre, y el pelo tan negro como el carbón!
Él guardó un largo silencio y la contemplaba, hasta que abrió finalmente levemente los labios y preguntó: "¿Tú me amas?" Ella se arrodilló frente a él, reposó su rostro en su rodilla, alzó sus ojos hacia los suyos y respondió con una mirada llena de lágrimas.