Examples of using "Thy" in a sentence and their spanish translations:
- Déjame ver tu figura, deja que escuche tu voz; porque es muy dulce tu voz y atractiva tu figura.
- Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.
Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina.
Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso en honor de Yahvé, tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad.
Padre nuestro que estás en lo alto, santificado sea tu nombre. Que descienda tu reino.
"El Río bullirá de ranas; saltarán y entrarán en tu casa, en tu dormitorio y en tu lecho, en las casas de tus servidores y en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas. Las ranas saltarán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre tus siervos."
¡Zapatero, a tus zapatos!
Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que Yahvé, tu Dios, te va a dar.
Hágase tu voluntad, no la mía.
Tu inmensa grandeza derriba al adversario. Arde tu furor y los devora como paja.
Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad, lugar que preparaste para tu morada, Yahvé, santuario, Adonay, que fundaron tus manos.
Tu talle es como palmera, tus pechos son los racimos.
Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre.
Miel y leche hay debajo de tu lengua.
Por favor, perdona la maldad de tu sierva.
Guiaste con bondad al pueblo que rescataste, los condujiste con poder a tu santa morada.
Dijo: "¿Quién eres tú?"; ella respondió: "Soy Rut, tu sierva. Extiende sobre tu sierva el borde de tu manto, porque tienes derecho de rescate."
Tu diestra, Yahvé, impresionante por su esplendor; tu diestra, Yahvé, aplasta al enemigo.
Moisés respondió al faraón: "Dígnate indicarme cuándo he de rogar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que aparte de ti y de tus casas las ranas, y se queden sólo en el Río."
"Ahora, pues, aquí tienes a tu mujer: tómala y vete."
"Pero contigo estableceré mi alianza: Entrarás en el arca tú y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo."
Yahvé dijo a Abrán: "Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré."
No darás testimonio falso contra tu prójimo.
"Pues esta vez voy a mandar todas mis plagas contra ti, tus siervos y tu pueblo, para que sepas que no hay como yo en toda la tierra."
Extendiste tu diestra, los tragó la tierra.
¿Adónde se fue tu amado, tú, la más bella de las mujeres? ¿Adónde se volvió tu amado, para que lo busquemos contigo?
A la mujer le dijo: "Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará."
Pavor y espanto cayeron sobre ellos. Bajo la fuerza de tus brazos enmudecieron como piedras, hasta que pasó tu pueblo, Yahvé, hasta que pasó el pueblo que adquiriste.
"Pues bien: maldito seas, lejos de este suelo que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano."
"Será el consuelo de tu alma y el apoyo de tu ancianidad, porque lo ha dado a luz tu nuera que tanto te quiere y que es para ti mejor que siete hijos."
"Llenarán tus casas, las casas de tus siervos y todas las casas de Egipto. Ni tus padres ni tus abuelos vieron nunca una cosa así desde que habitan en la tierra hoy." Moisés se retiró y salió de la presencia del faraón.
Y le dijo: "Vuelve a meter la mano en el pecho." La volvió a meter y, cuando la sacó de nuevo, estaba ya como el resto de su cuerpo.
Nunca mentirás, y te mantendrás fiel a tu palabra prometida.
Yahvé añadió: "Mete tu mano en el pecho." Metió él la mano en su pecho y cuando la sacó estaba cubierta de lepra, blanca como la nieve.
"Él hablará por ti al pueblo, él será tu boca y tú serás su dios."
"No se provee de paja a tus siervos. Sin embargo insisten en que hagamos ladrillos y se castiga a tus siervos..."
Y será para ti como señal en tu brazo y como recordatorio en tu frente, para que tengas en tu boca la ley de Yahvé, porque con mano fuerte te sacó Yahvé de Egipto.
Dalila dijo a Sansón: Dime, te ruego, en qué consiste tu gran fuerza.
"Toma este cayado en tu mano, porque con él has de hacer los prodigios."
"Enemistad pondré entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su cancañar."
Dos veces y tres veces yo te amé antes de conocer tu rostro o nombre.
"Si te niegas a dejarlo salir y lo sigues reteniendo, la mano de Yahvé caerá sobre tus ganados del campo, los caballos, los asnos, los camellos, las vacas y las ovejas; será una peste espantosa."
Al hombre le dijo: "Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo the había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida."
Jetró, suegro de Moisés, fue a ver a Moisés, con los hijos y la mujer de Moisés, al desierto, donde estaba acampado junto al monte de Dios. Y le dijeron a Moisés: "Está ahí tu suegro Jetró: ha venido con tu mujer y tus hijos."
"Pero sé que tú y tus siervos aún no teméis a Yahvé, Dios."
Observad todo esto como ley perpetua para vosotros y para vuestros hijos.
Tampoco subirás por gradas a mi altar, para que no se descubra tu desnudez sobre él.
Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas pasen por medio del mar, en seco.
- Tus pechos son dos crías mellizas de gacela, paciendo entre azucenas.
- Tus dos pechos, como gemelos de gacela, que se apacientan entre lirios.
- Has apresado mi corazón con uno de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello.
- Me has robado el corazón con una sola mirada, con una vuelta de tu collar.
Dios dijo a Caín: "¿Por qué andas irritado, y por qué se ha abatido tu rostro?"
Pero soplaste con tu aliento, los cubrió el mar; se hundieron como plomo en las aguas impetuosas.
Esto será como señal en tu brazo y como recordatorio en tu frente; porque con mano fuerte nos sacó Yahvé de Egipto.
Padre nuestro que estás en en Cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu Reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el Cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén
Entonces Yahvé le preguntó: "¿Qué tienes en tu mano?" "Un cayado", respondió él.
Respondió Moisés: "Tú lo has dicho: no volveré a presentarme ante ti."
"Así pues, vete, que yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que debes decir."
Habló entonces Dios a Noé en estos términos: "Sal del arca con tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos. Saca contigo todos los animales de toda especie que te acompañan, aves, ganados y todos los reptiles que reptan sobre la tierra. Que pululen sobre la tierra y sean fecundos y se multipliquen sobre la tierra."
Entonces Dios dijo a la serpiente: "Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida."
"Y dirás al faraón: Así dice Yahvé: Mi hijo primogénito es Israel. Por eso, Yo te digo: 'Deja salir a mi hijo para que me dé culto.' Si te niegas a dejarle salir, yo daré muerte a tu hijo primogénito."
Éste contestó: "Te he oído andar por el jardín y he tenido miedo, porque estoy desnudo; por eso me he escondido."
Replicó Dios: "¿Qué has hecho? Se oye la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo."
Entonces Moisés se volvió a Yahvé y le dijo: "Señor, ¿por qué maltratas a este pueblo?, ¿por qué me has enviado? Desde que fui al faraón para hablarle en tu nombre está maltratando a este pueblo, y tú no haces nada por librarlo."
Yahvé dijo a Moisés en Madián: "Anda, vuelve a Egipto, pues han muerto todos los que te buscaban para matarte."
Entonces los inspectores israelitas fueron a quejarse al faraón y le dijeron: "¿Por qué tratas así a tus siervos?"
Durante los siete días se comerá pan ácimo y no se verá pan fermentado ni levadura en todo tu territorio.
"Si no dejas salir a mi Pueblo, enviaré tábanos contra ti, contra tus siervos, tu pueblo y tus casas. Las casas de los egipcios y las tierras onde habitan se llenarán de tábanos."
Ama a tu prójimo como a ti mismo.
"De ti haré una nación grande y te bendiceré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición."
Le dijo: "No te acerques aquí; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar que pisas es solo sagrado."
"Porque si yo hubiera extendido mi mano y te hubiera herido con peste a ti y a tu pueblo, ahora ya habrías desaparecido de la tierra."
Cuando salió al día siguiente, estaban riñendo dos hebreos. Y dijo al culpable: "¿Por qué pegas a tu compañero?"
Ese día explicarás a tu hijo: Esto es por lo que Yahvé hizo por mí cuando salí de Egipto.
"Di, por favor, que eres mi hermana, a fin de que me vaya bien por causa tuya, y viva yo gracias a ti."
Yahvé dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, y las aguas retornarán sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes.
Al soplo de tu ira se aglomeraron las aguas, se irguieron las olas como un dique, los abismos se helaron en el fondo del mar.
Entonces el faraón llamó a Abrán y le dijo: "¿Qué has hecho commigo? ¿Por qué dijiste: 'Es mi hermana', de manera que yo la tomé por mujer?"
Las mujeres dijeron a Noemí: "Bendito sea Yahvé que no ha permitido que te falte hoy uno que te rescate para perpetuar su nombre en Israel."
Dios pronunció estas palabras: Yo soy Yahvé, tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, del lugar de esclavitud.
Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento.
Yahvé dijo a Moisés: "Di a Aarón: Toma tu cayado y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus canales, sus ríos, sus lagunas y sobre todas las cisternas, y se convertirán en sangre; y habrá sangre en todo el país de Egipto, en los recipientes de madera y en los de piedra."
Cuando Yahvé te haya introducido en la tierra de los cananeos, como juró a ti y a tus padres, y te la haya dado, consagrarás a Yahvé todo primogénito. Todo primer nacido de tu ganado, si es macho, pertenece a Yahvé.
Allí le dio decretos y normas y lo puso a prueba. Y dijo: Si escuchas atentamente la voz de Yahvé, tu Dios, y haces lo recto a sus ojos, y obedeces sus mandatos y guardas todos sus preceptos, no te afligiré con ninguna de las plagas con que afligí a los egipcios; porque yo soy Yahvé, el que te sana.
"Tú le hablarás y pondrás las palabras en su boca; yo estaré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que habéis de hacer."
"Mañana", contestó él. Moisés replicó: "Será conforme a tu palabra, para que sepas que no hay como Yahvé, nuestro Dios. Las ranas se apartarán de ti, de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo, y quedarán sólo en el Río."
Yahvé dijo a Moisés: "Extiende tu mano hacia el cielo y aparezcan sobre el país de Egipto tinieblas, tinieblas densas."
Él dijo: "Bendita seas de Yahvé, hija mía; tu segundo acto de lealtad ha sido mejor que el primero, porque no has pretendido a ningún joven, pobre o rico.
Padre nuestro que estás en los cielos Santificado sea tu Nombre Venga tu reino Hágase tu voluntad En la tierra como en el cielo Danos hoy el pan de este día y perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos nuestros deudores y no nos dejes caer en al tentación sino que líbranos del malo.
Yahvé dijo a Moisés: "Preséntate al faraón, porque yo le he hecho obcecarse a él y a sus siervos, para realizar mis signos en medio de ellos; y para que puedas contar a tu hijo y a tu nieto cómo manejé a Egipto y los signos que realicé en medio de ellos. Así sabréis que yo soy Yahvé."
Padre nuestro que estás en los cielos Santificado sea tu Nombre Venga tu reino Hágase tu voluntad En la tierra como en el cielo Danos hoy el pan de este día y perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos nuestros deudores y no nos dejes caer en al tentación sino que líbranos del malo.
Y la hija del Faraón le dijo: "Toma este niño y críamelo, que yo te pagaré." Tomó la mujer al niño y lo crió.
Yahvé dijo a Moisés: "Di a Aarón: Extiende tu cayado y golpea el polvo de la tierra, que se convertirá en mosquitos por todo el país de Egipto."
No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.
Yahvé se apareció a Abrán y le dijo: "A tu descendencia he de dar esta tierra." Entonces él edificó allí un altar a Yahvé que se le había aparecido.
Moisés dijo a Yahvé: "¡Por favor, Señor! Yo nunca he sido hombre de palabra fácil, ni aun después de haber hablado tú con tu siervo; sino que soy torpe de boca y de lengua."
Yahvé dijo a Moisés: "Di a Aarón: Extiende tu mano con tu cayado sobre los canales, sobre los ríos y sobre las lagunas, y haz saltar las ranas por todo el país de Egipto."
"Lávate, perfúmate y ponte encima el manto, y baja a la era; que no te reconozca ese hombre antes que acabe de comer y beber."
Yahvé dijo a Moisés: "Extiende tu mano sobre el país de Egipto para que venga la langosta; que invada el país de Egipto y devore toda la hierba del país y cuanto quedó del granizo."
No pronunciarás el nombre de Yahvé, tu Dios, en falso; porque Yahvé no dejará sin castigo a quien pronuncie su nombre en falso.
Y añadió: "Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob." Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios.