Examples of using "зная" in a sentence and their spanish translations:
Un consejo: por ejemplo, sabiendo esto,
No sabía qué decir y me callé.
Sabiendo que tenemos esta atención hiperactiva,
conociendo el chamanismo
a nosotros, que ni nos conocen.
Al no saber qué contestar, me quedé callada.
Como no sabía qué decir, se quedó callado.
- Como no sabía qué decir, se quedó callado.
- Como no sabía qué decir, permaneció callado.
Sin saber qué decir, sencillamente sonrió.
Al no saber qué hacer, la llamé.
¿Es posible determinar el diámetro por la circunferencia?
Si no conoces la profundidad, no te metas al río.
Al no saber qué hacer, le pedí consejo.
Al no saber qué debía hacer, le pedí consejo.
Saber que tal vez solo tendría unos cuantos meses de vida
No sabiendo qué hacer, no hice nada.
No sabiendo qué hacer, llamamos por teléfono a la policía.
Todos la consideraban una santa, pero no la conocían.
Vienne, pero no está consciente de que John se le adelantó.
Sabiendo que la policía lo buscaba, se encerró en la casa.
Sin saber qué hacer, le pedí consejo al profesor.
Tal vez solo sabrás algunas palabras, pero serás capaz de usarlas con confianza.
porque es un poco difícil entender el terremoto al conocer esta información técnica
cuando te cuento estas partes sin saber estas partes
Sabiendo que sus tropas tendrían dificultades para vivir de la tierra en esta región sin recursos,
El esperanto permite conversar con extranjeros sin conocer su idioma materno.
El esclavo se enamoró de su ama, sabiendo que se trataba de un amor imposible.
que eran expuestos a hablar de sexo con un adulto, sin saberlo,
Al saber que necesitamos mucha energía, sabemos que la gente siempre dice humillante.
Pero no puedo ser feliz sabiendo que él era más feliz con ella.
Al no saber qué debía hacer, le pedí consejo.
Cuando las dos jovencitas le dijeron a John que sentían algo por él, él no supo con cual de las dos debía quedarse.
Saeta que voladora cruza, arrojada al azar, y que no se sabe dónde temblando se clavará; hoja que del árbol seca arrebata el vendaval, sin que nadie acierte el surco donde al polvo volverá; gigante ola que el viento riza y empuja en el mar, y rueda y pasa, y se ignora qué playa buscando va; luz que en cercos temblorosos brilla, próxima a expirar, y que no se sabe de ellos cuál el último será; eso soy yo, que al acaso cruzo el mundo sin pensar de dónde vengo ni a dónde mis pasos me llevarán.
No existe tal cosa, en esta etapa de la historia del mundo en los Estados Unidos, algo como prensa independiente. Ustedes lo saben y yo lo sé. No hay uno solo de ustedes que se atreva a escribir sus opiniones honestas y si lo hicieran sabemos de antemano que nunca saldría en la prensa. A mí me pagan cada semana para mantener mis opiniones honestas fuera del periódico con el que tengo relación. A otros de ustedes les pagan salarios similares por cosas similares y cualquiera de ustedes que quisiera ser tan tonto como para escribir opiniones honestas andaría por las calles buscando otro empleo. Si se permitiera que mis opiniones honestas aparecieran en una edición de mis periódicos, antes de veinticuatro horas, mi ocupación ya habría desaparecido. El negocio de los periodistas es destruir la verdad, mentir abiertamente, pervertir, satanizar, haciendo reverencias a los pies de los ricos, y vender a su país y a su raza por su pan de cada día. Ustedes lo saben y yo lo sé, y ¿qué locura es esta de brindar por una prensa independiente? Somos payasos saltarines, ellos mueven los hilos y nosotros bailamos. Nuestros talentos, nuestras posibilidades y nuestras vidas son todas la propiedad de otros hombres. Somos prostitutas intelectuales.