Examples of using "Quell'uomo" in a sentence and their spanish translations:
No escuches a aquel hombre.
Aquel hombre me traía frito.
Ese hombre nació de pie.
Para empezar, ¿quién es ese hombre?
Aquel hombre comió pan.
- Ese hombre está muerto.
- Este hombre está muerto.
- Ese hombre es Tomás.
- Aquel hombre es Tomás.
Aquel hombre sabía demasiado.
Ese hombre es fuerte.
Ese hombre es Raúl.
Ese hombre mató a Bill.
Me preguntó quién era ese hombre.
- ¿A que está jugando aquel hombre alto?
- ¿A qué juega aquel hombre alto?
Ese hombre tiene una caja.
¿Quién es ese hombre bigotudo?
Ese hombre es un soldado.
¿Quién es ese hombre de allí?
Ese hombre está muy bronceado.
Aquel hombre es realmente forzudo.
Ese hombre no puede haberse suicidado.
Ese hombre es definitivamente un estudiante de universidad.
Ese hombre parece conocido.
No puedo soportar a aquel hombre.
Ese hombre es Perry Mason, el abogado.
Aquel hombre fue un gran explorador.
Y ese hombre era Albert Einstein.
- ¿Conocéis a ese hombre del sombrero grande?
- ¿Conoces a ese hombre del sombrero grande?
- ¿Conoce usted a ese hombre del sombrero grande?
- ¿Conocen ustedes a ese hombre del sombrero grande?
Aquel hombre es un criminal. No confíes en él.
Recuerdo muy bien el nombre de ese hombre.
- Aquel hombre me robó la cartera.
- Ese tipo me robó la billetera.
- Ese hombre está muerto.
- Este hombre está muerto.
¿Quién es ese hombre parado ahí?
Ese hombre alto es el Sr. Smith.
Ese hombre debería ser condenado a muerte.
- Ese hombre es más alto que Mary.
- Aquel hombre es más alto que Mary.
Ese hombre alto es el Sr. Smith.
Ese hombre está enamorado de mi hermana.
Este hombre es de Kenia.
¡Oh! ¡Yo conozco a este hombre!
Ese hombre fue despedido la semana pasada.
Ese hombre no es de fiar.
Ese hombre llevaba una máscara de tigre.
Ella no se ha casado con ese hombre.
Ese hombre es francés. ¿También lo son tú y tu hermana?
Hablar lentamente es típico de ese hombre.
Este hombre tiene un caballo.
Se está procesando el hombre por el homicidio de una niñita.
Ese hombre decidió que no pertenecíamos aquí
“Ese hombre es un león”, dijo Napoleón, observando su avance.
Este hombre se está cepillando los dientes.
Aquel hombre murió de cáncer al pulmón hace una semana.
Ese hombre ya ha tocado fondo: su mujer le ha dejado, le han echado del trabajo y es alcohólico. Lo peor es que yo le conocía, él era mi jefe hace cinco años.
Cierto hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que lo desnudaron y lo golpearon y se marcharon dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajó por aquel camino. Cuando lo vio, se cruzó al otro lado. Del mismo modo, también vino un levita, y cuando llego al lugar, y lo vio, se pasó también al otro lado. Luego, un samaritano que viajaba, llegó al lugar donde él estaba. Cuando lo vio, sé compadeció del hombre, se acercó a él, vendó sus heridas, echando aceite y el vino sobre ellas. Luego, lo puso sobre su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo tomó a su cuidado.