Mientras tanto, se había desarrollado una seria amenaza para el flanco izquierdo y la retaguardia de Napoleón. El sexto cuerpo de Klenau había hecho retroceder a los franceses superados en número, con algunas unidades avanzando hasta Essling, peligrosamente cerca de los cruces de ríos vitales de Napoleón. Napoleón necesitaba con urgencia reforzar su flanco izquierdo, pero también estaba decidido a contener sus reservas para un ataque decisivo.